En cuanto a productividad, la industria de la construcción en Chile se encuentra estancada
desde hace más de 10 años, mientras que el resto de la economía nacional ha avanzado.
Si se compara Chile con líderes mundiales, como Alemania, se observa que en Chile
se necesita un 40% más de mano de obra para construir lo mismo en el mismo tiempo.
En Chile, entre el 10,2% y el 21,7% de las actividades tienen observaciones en la primera
revisión de calidad. De estos, la mitad o menos se reportan como resueltos.
Para solucionar este problema, se necesita software especializado, cosa que sólo un
34% de la industria utiliza, aproximadamente. De hecho, más del 76% dice usar Excel
para tareas de planificación y gestión.
Un factor importante que influye en la productividad de la obra es cómo se maneja el proceso de control de calidad. Actualmente, el mercado nacional no ofrece una solución que permita coordinar el avance del proyecto con sus controles de calidad, y tampoco se ofrecen maneras de ver esta información de manera ordenada. Los supervisores, que usan un complejo sistema de coordenadas y tienen una alta rotación en el cargo, suelen tener problemas para saber qué hacer y dónde ir. Los inspectores, por su parte, sólo pueden controlar una pequeña parte de la obra. Todo esto genera un enorme problema para las constructoras.
Se estima que el costo por reconstrucción suele estar alrededor del 6% del
presupuesto total del proyecto, pero que al gestionar mejor el proceso de
control de calidad, este porcentaje puede bajar a menos del 2%.
Además, errores de coordinación entre calidad y avance generan atrasos en
la planificación del proyecto (70% de los proyectos de construcción no cumple
con los plazos estipulados) y un impacto negativo al medio ambiente (por cada 10
pisos construidos en Chile, se genera un piso de escombros).